En el siglo XIII, según cuenta la leyenda, un labrador encontró enterrado cerca de un olivar un sarcófago de alabastro que contenía los restos de San Fulgencio y Santa Florentina. Parece ser que fueron trasladados y escondidos allí en la época de la invasión árabe, cuando unos clérigos de Sevilla huyeron al norte, transportando las santas reliquias y aprovecharon su paso por Berzocana para enterrar el arca de alabastro y salvaguardarlas. En la actualidad se encuentran depositados en la iglesia de San Juan Bautista.
Se trata de un templo gótico, a pesar de haberse edificado entre los siglos XV y XVI, con tres naves y bóveda de crucería estrellada. En su fachada principal se alza una torre mudéjar. La Capilla de los Santos es el lugar concreto donde de se guardan los restos de San Fulgencio y Santa Florentina, dentro de un relicario donado por el rey Felipe II. Esta iglesia fue declarada monumento histórico de interés nacional en 1977.