Situado en la calleja de La Barca, salvando el regato Peje, a 1 Km. aproximadamente de la localidad, tuvo 17 arcos y otros 20 superiores pequeños “para aligerar la obra”, que era la parte alzada de una construcción de agua que venía desde San Pedro hasta la llamada “Charca”en donde vertía el agua, que esa parte alzada medía en longitud 124’5 metros y 18 de altura sobre el Arroyo Peje, que fue muchas veces restaurado y a finales del siglo XIX, totalmente reformado, diferentes investigadores del pasado databan su fábrica de época romana.
Así, en un trabajo sobre nuestro acueducto, realizado por Carlos Fernández Casado y publicado en su libro “Acueductos romanos en España”, de 1972 escribe: “Sobre las pilas se voltearon los 17 arcos correspondientes con una luz de 5’5 metros según se mide en los existentes. La boquilla de estos arcos se marca perfectamente destacando 29 sillares bien labrados y perfectamente aparejados en dirección radial con los almohadillados cilíndricos, que muchos conservan con un poco de deterioro. El tizón es poco regular (por término medio es de 50 cm.) y no queda muy perfilada la línea de trasdós de la boquilla, la cual, como ocurre en todos los acueductos romanos, enrasa (exceptuando el relieve del almohadillado) con el plano correspondiente al paramento de los tímpanos. Estos son de mampostería (opus incertum) pero ordenados por hiladas especialmente en el paramento sur, que es el mejor conservado. La latitud de la bóveda es de 1’20, que se consigue mediante dos dovelas, con longitudes distintas.Las pilas son de sección rectangular que van aumentando por escalones, empezando con mayor sección que la de arranque de los arcos, pues tienen sillería tosca y bien dispuesta en hiladas horizontales con almohadillado irregular que parece tener recercado en algunos, quedando muy saliente en los que están a tizón que tienen frente casi cuadrado. Se encuentran muy rejuntados pues han debido ser objetos de varias reparaciones.Sin embargo recientes investigaciones con nueva documentación indican que su primera fábrica dataría del siglo XVI, impulsado por la Comunidad de Franciscanos instalada en nuestra localidad.