Esta fortaleza de propiedad privada forma, junto a los castillos de Alburquerque, Mayorga y Azagala, una sólida defensa ante la cercana frontera con Portugal.
Ha sido cabeza de la Encomienda de la Orden de Alcántara desde el siglo XIII. Las partes más antiguas que se conservan en el edificio pertenecen al siglo XIV, pues durante los dos siglos posteriores fueron muchas las reformas y construcciones que se hicieron en él.
Está formado por un recinto interior y otro exterior. El exterior se presenta como una construcción cuadrangular con torrecillas cilíndricas en las esquinas. En su interior se hallan cuatro crujías, la torre del homenaje y la torre de la cárcel.
Se puede observar en esta construcción su clara función residencial, a través de las galerías abiertas al exterior o el patio claustrado, todo a modo de palacio urbano.
Fortaleza que se encuentra en un perfecto estado de conservación y además en uso.